Es lo que siempre digo cuando voy a cortarme el pelo. “¿No quiere que le deje el copetito? O ¿No gusta que le aplique gel?” –No, todo con máquina y rápido que tengo prisa. Yo lo que quiero es que me corten el pelo, quiero levantarme y no tener que peinarme y pasarme el domingo sin bañarme. Por eso me exaspera cuando voy a la peluquería y hay hombres adelante de mi pidiendo que si les retocan las canas, que si los lados con la 2, lo de arriba con tijera y que si me dejan un flequito coqueto, que si me pone gel por favor, o si es tan amable de no cortarme la colita de caballo porque es una manda. ¡Es cosa de no creerse! Cada pelado se tarda más de media hora en el corte. ¿Cómo es posible que un hombre se tarde tanto en arreglarse el cabello, o gastar dinero en depilarse el pecho, la espalda y los sobacos, o injertarse pelo en la mollera? Bueno, lo hacen porque son vanidosos y como son demasiado “machos” como para aceptar su lado “menos macho” se hacen llamar “metrosexuales” y me imagino que tienen que repetírselo a si mismos muchas veces para poder creérselo.