Aldo

posted under by Santos
La naturaleza lo había hecho reservado y esquivo, con tendencias a la meditación solitaria, y ella le había moldeado el carácter opuesto, vital, expansivo, desabrochado, y le había infundido el júbilo de vivir y el placer de la parranda y el despilfarro, hasta convertirlo, por dentro y por fuera, en el hombre con que había soñado para ella desde la adolescencia.

War of Gods 12. Regalo inesperado.

posted under by Santos
"Me he convertido en la muerte, el devorador de mundos" Robert Oppenheimer


Miguel por ultima vez penso en su terrible juramento. Seguir a Jesus hasta la muerte. Su terrible juramento. Nunca penso que este podria convertirse en eso. Le dolia tener que aprestar a sus mejores hombres para hacer que cayeran tantas cabezas. Cabezas de hombres a quienes rendia honores y por quienes, sabia, que el mundo se habia salvado tantas veces. Fue entonces cuando tuvo que hablar por primera vez con Loki.

Loki, rey de la maldad y completo señor del universo oscuro, habia traido al devorador de almas de nuevo a la batalla. Sin embargo Miguel no queria que entrara en batalla pues consideraba desconsiderado usar a un ser de su naturaleza para una guerra que el quisiera considerar honorable. El devorador de almas, amarrado con el cinturon magico de Loki esperaba ordenes para atacar. Miguel tomo la palabra por primera vez.

- No quiero que bajo ninguna forma se use al devorador. Es un ser completamente lleno de maldad y no debe estar en esta guerra.

Loki miro con ojos de maldad, enloquecido tal vez por la respuesta

- Te recuerdo tambien, Miguel, que me he unido a esta guerra no para recibir ordenes tuyas, sino del mismo Jesucristo y espero que eso se mantenga en ese lugar. El ha decidido a usar al devorador y creo que no tengo nada mas que hablar contigo.

Miguel tiro sus mapas y corrio hacia la sala de juntas donde Jesus hablaba con Washington, Patton, Obregon y Carranza,

- Has usado al devorador. Pagaras las consecuencias de usarlo.
Jesus Contesto - Te pido que no me vuelvas a hablar asi.
- Sabes que mi poder fue dado a mi por tu padre, no por ti, por lo que podria acabar contigo en cualquier momento - argumento Miguel
- Entonces que te une a mi? - dijo Jesus
- Un estupido juramento que hizo con tu padre, que no sabia que criaba a un monstruo-
- Pues si piensas eso quedas relevado de tu juramento -

Miguel perdio en ese momento sus alas, y su aureola, sin embargo permanecio con el la espada que habia usado para dominar a Satanas alguna vez, y su tunica de batalla, y fue enviado a la tierra y perdido en el desierto vago por 3 dias hasta que encontro algo que le cambiaria la vida.
Una sombra parada detras de el se identifico, Hoberdidancio. Amo del robo y el asesinato. Miguel que lo habia perseguido por siempre saco su espada pero Hoberdidancio le explico el verdadero motivo de su llegada. Era necesario que Miguel se uniera inmediatamente a Quetzalcoatl. Las jaurias de Jesucristo habia ido a buscarlo para que le diera muerte a Miguel pero el fiel a su unico principio se entrevistaba primero con Miguel. Su principio era muy facil. Contesta un acertijo y no moriras. Entonces Hoberdidancio hizo su acertijo tan complejo e intrincado.


"Existe sobre la tierra un ser bípedo y cuadrúpedo, que tiene sólo una voz, y es también trípode. Es el único que cambia su aspecto de cuantos seres se mueven por tierra, aire o mar. Pero, cuando anda apoyado en más pies, entonces la movilidad de sus miembros es mucho más débil."

Sin pensarlo, y sin bajar su espada, Miguel contesto, El hombre. Fue entonces cuando Hoberdidancio dijo - Me da gusto que hayas contestado bien. Sin embargo ahora creo que debes de ir a otro lugar. Te dare tambien un regalo precioso, pues es regalo precioso la informacion obtenida. El devorador de almas, busca a Constantine y Jefe Maestro.

Miguel ahora, agradecido, bajo su espada y dijo entenderas que ahora tengo que partir entonces?. Hoberdidancio asintio. Miguel elevo su espada y la clavo en el vientre de Hoberdidancio. Este lo miro a los ojos con su ultimo suspiro y escucho las ultimas palabras de Miguel. - No quiero mas favores que pagar.